
Para Nosfarma el cuidado de los mayores es uno de nuestras preocupaciones esenciales. Por eso hemos creado el “Club Activa”, con el que impulsamos continuamente ofertas de productos y servicios específicos para los mayores y sus cuidadores.
Dentro de estas iniciativas hoy os ofrecemos algunos consejos, propuestos por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, para hacer más sencillas y agradables las rutinas vestido, movilidad y alimentación para las personas mayores, especialmente aquellos que presenten capacidades reducidas.
Vestido
Es importante establecer una rutina para vestirse todos los días a la misma hora y después de la misma actividad, es decir, después de la ducha (si ésta se realiza por la mañana), o después de desayunar, siempre teniendo en cuenta cuáles han sido los hábitos cotidianos de la persona cuidada. Como estrategias se sugieren las siguientes:
– Contar con el tiempo suficiente y con paciencia, ayudarle en lo mínimo, proporcionando instrucciones claras y precisas.
– Darle la opción de escoger entre una selección limitada de prendas.
– Organizar el armario con la ropa conveniente según la estación del año.
– Ante prendas favoritas, disponer si es posible de varias piezas.
– Organizar la ropa de acuerdo al orden en que se debe poner.
– Escoger ropa cómoda, fácil de poner, quitar y mantener.
Alimentación e hidratación
Asegurar una adecuada y equilibrada alimentación es importante para cualquier persona, pero más en el caso de las personas mayores, puesto que es una de las formas de mantener un buen estado de salud. La hidratación también tiene un papel importante en la salud, además es esencial para mantener una óptima regulación del tracto intestinal, disminuir la incidencia de infecciones urinarias, etc. La sensación de sed disminuye en las personas mayores, por lo que es necesario asegurarse de que toman aproximadamente unos ocho vasos de líquido al día.
– Estimular el mantenimiento de la autonomía en la alimentación y respetar los gustos y preferencias en cuanto a alimentación que ha tenido siempre la persona.
– Mantener una rutina espacio-temporal diaria.
– Proporcionar un ambiente tranquilo.
– Colocar sobre la mesa los utensilios estrictamente necesarios.
– Administrar varias comidas diarias en pequeñas cantidades.
– Vigilar la temperatura de los alimentos.
– No llenar hasta el borde los vasos y platos.
– Trocear los alimentos cuando ya no sea capaz de utilizar los cubiertos adecuadamente
Movilidad y transferencias
En muchas ocasiones, el deterioro cognitivo y funcional viene acompañado de una apatía por parte de la persona dependiente que impide desarrollar una movilidad adecuada y practicar una actividad física imprescindible para el mantenimiento de ciertas capacidades funcionales y para prevenir la aparición de numerosos problemas relacionados con la inactividad y el aburrimiento. Si la persona dependiente presenta una enfermedad degenerativa, el avance de la enfermedad va a ir reduciendo poco a poco su movilidad física e incluso puede llegar el momento en que los sistemas corporales (extremidades superiores e inferiores) sufran un deterioro general, llegando eventualmente a la rigidez en posición fetal.
Para evitar la inmovilidad se puede realizar una movilización tanto activa (realizada por la persona mientras pueda), como pasiva (efectuada por el cuidador moviéndole todas las articulaciones: cabeza y cuello, hombros, codos, manos y dedos, muslos, pantorrillas, tobillos y pies). Se debe movilizar y masajear las zonas más alejadas o distales para facilitar el retorno venoso, manteniendo siempre una buena alineación corporal; de esta forma tan simple se puede evitar la aparición de rigideces, malformaciones e incluso las tan temidas escaras o úlceras por presión.
Dentro de las estrategias para fomentar una adecuada movilización y actividad física en los inicios de la enfermedad, se suele plantear:
– Mantener una rutina diaria para practicar actividad física para disfrute (pasear, ir andando a visitar amistades, caminar por el pasillo de casa, etc.).
– Evitar obstáculos en casa que puedan ocasionar caídas (alfombras, cables, etc.).
– Ser realista con las expectativas de actividad física que se plantean, teniendo en cuenta el estado físico y la edad.
– Animar a realizar actividad física, realizando las actividades al aire libre cuando la climatología lo permita.
– Acompañar siempre a la persona dependiente, especialmente en espacios abiertos, para evitar caídas en casos de deterioro físico, y evitar que la persona se desoriente y se pierda en caso de deterioro cognitivo.
En nuestra sección de ortopedia podrás encontrar todos los productos que te ayudarán a hacerle la vida más sencilla a las personas mayores que tengas bajo tu cuidado. También recomendamos la lectura de nuestro consejo para prevenir la aparición de escaras.
Olga García Aguado – Farmacéutica titular